Alcohol Espagírico

Alcohol Espagírico
En el fondo de un destilador a circuito cerrado se pone el tártaro de la cuba purificado y después se hecha encima el alcohol de vino rectificado a 95˚ volumétricos. Después de haber dejado reposar todo durante veinticuatro horas se destila dulcemente. Cuando todo el alcohol está destilado, se pone en el fondo de otro destilador con circuito cerrado (este destilador está formado por un matraz con encima la cabeza de moro, y en el extremo de la cabeza de moro hay un matraz de recogida) del óxido de calcio y se le hecha encima el alcohol precedentemente destilado en el tártaro. Después de haberlo dejado reposar durante veinticuatro horas, se empieza a destilar lentamente. La cal viva y el tártaro, de esta manera, habrán absorvido del alcohol, el último 5% de agua que contenía y al final de la destilación obtendremos un alcohol a 100˚ volumétricos y sin más impuridades. Si se prueba este alcohol será dulce y no ácido y agresivo como el alcohol clásico.
Veamos ahora como se obtiene el tártaro de cuba purificado que nos ha servido para obtener el alcohol Espagírico.
Coged el tártaro crudo, o sea, el tártaro sacado de cubas de roble que han envejecido el vino rojo, ponedlo en un recipiente que sucesivamente pondréis sobre un fogón. Esta operación va hecha al aire libre ya que el tártaro de cuba calentándose empezará a emitir humos muy densos y tóxicos. Mientras que el tártaro se cuece tenéis que continuar a mezclar, y a un cierto punto el tártaro prenderá fuego, es el aceite que contiene que se quema. Dejad quemar hasta que la llama se apague sola. El tártaro se habrá puesto negro y muy ligero, y ya no estará untuoso, pero seco.
Coged ahora este tártaro y ponedlo en una mufla durante veinticuatro/cuarenta y ocho horas a la temperatura de unos cinco/seis cientos grados centígrados. Después de este período extraed el tártaro y dejadlo enfriar. Coged ahora un vaso y poned en el fondo de este el tártaro negro obtenido anteriormente y llenadlo con agua de lluvia destilada y llevad todo a ebullición. Cuando hierve lo filtráis con un filtro de papel de celulosa pura recogiendo el líquido filtrado en un vaso limpio. El líquido será de un color amarillento. Coged ahora el vaso que contiene el líquido de color amarillento y volved a ponerlo al fuego, lo dejáis evaporar hasta que en el fondo del vaso no se formarán sales secas. Éstas son las sales de tártaro que vosotros habéis lixiviado, porque la operación apenas descrita se llama lixiviaciòn. Para obtener sales bien purificadas e idóneas para el uso antes descrito tendremos que repetir esta operación, la lixiviaciòn, durante tres veces y al final obtendremos las sales de tártaro purificadas.
Solanimus
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